martes, octubre 31, 2006

OtrO nUevO dÍa

Amanece.

La luz se cuela gradualmente por entre los resquicios de la ventana, pero es la luz blanquecina de un día nublado. Otro día de lluvia. Otro día sin sol.

Las gotas resbalan por el vidrio y el frío se hace extremamente intenso, casi palpable; el templo gélido en el que sobrevivo se hace cada vez mas insoportable, más inhumano.

A lo lejos suena un teléfono; no respondo. No salgo de mí, no quiero ninguna comunicación con el mundo exterior. Suena la bocina de un auto en la lejanía, pero no reacciono. El día sigue avanzando, las horas pasan lenta y agonizantemente, y yo sigo recostada en este lecho de la muerte, en esta casa vacía, en esta oscuridad creciente.

Quiero levantarme, pero no puedo; siento que no tengo fuerzas, no quiero, no quiero despertar; déjenme dormir, déjenme seguir durmiendo, por favor, no permitan que me despierte, no quiero... ya sé lo que me espera, ya sé lo que se avecina...

Pero el mundo me llama.

Me llama mi mejor amiga y me ofrece una salida a la plaza. <<>>. Pero mi amiga se ríe de mi comentario. "Hace un día espléndido afuera", me dice. Pongo alguna buena excusa, y nuevamente, me encierro en mi habitáculo intentando huir del mundo, escapar de que otros ojos me vean, escapar de todo. Sólo yo, yo y mi Yo, nosotros, y nadie más...

Pero esto no puedo evitarlo. Hace tres días Él me ha llamado, y no puedo decirle que no. Èl me tiene dominada, presa en su encanto; y aunque cada vez que viene o que yo voy a verle es una guerra perdida, un penoso Ida y Vuelta, otra horrible frustración, así y todo; no puedo decirle que no.

Viene él a visitarme. Debo ir a recibirlo. Que terrible, no tengo ánimos ni fuerzas, por favor, no quiero salir a la calle, tengo miedo, tengo miedo de que me vean, no quiero nada, quiero dormir... pero no puedo. Ya está llegando y yo debo ir a buscarlo.

Y me levanto, y me abrigo del frío que lastima mis manos y mis pies, y muy a mi pesar tengo que calzarme mi mejor disfraz de Arlequín y simular que estoy viva. A cada minuto lo sufro como una eternidad; cada segundo que pasa es un siglo que deseo desistir, que deseo irme bien lejos. Pero, nuevamente, no puedo hacerlo.

Y él llega. Y, como siempre, me pinta un mundo color de rosas. Y me dice que salgamos a comer, que vayamos a tomar un café, que seamos dos en uno. Al principio lo soporto... es muy difícil, y sobrevivo un día o dos, como mucho. Pero ya no resisto tantas exigencias, y tantas atenciones que presupone él y sus visitas...

Muy a mi pesar, odiándome con todo mi ser, allí aparece un nuevo personaje acechándome, simpre presente pero camuflado, que toma fuerza y vigor cuando Él está conmigo: La Tentación, mi enemiga, que me persigue a cada paso, me hace delirar, me obliga a desearla y a la vez repugnarla totalmente.

Y entonces Él no sólo se queda un día, sino por lo menos cinco o siete, y cada hora que pasa debo dedicársela; y así, huyo de mi guarida, ese mundo oscuro y helado en el que tanto me costó vivir estas últimas semanas... todo para qué... para que Él venga y me haga creer que puedo ser feliz... y luego se vaya, me deje sola, sola conmigo y con mi Eterna Enemiga royendo mis pensamientos, rondando día y noche hasta completar otra semana de agonía, persiguiéndome y matándome de a poco.... sé que será así, siempre es así, siempre ocurre lo mismo...

Y llega el día que Él se va...

...Te vas, te vas de nuevo, volvés a dejarme sola. Y yo quedo tirada, odiándome, detestando todo, perdiéndome de nuevo de vivir para volver a caer en la misma basura, y para volver a prometerme que no volveré a hacerlo... que la semana que viene volveré a intentarlo... que todo volverá a ser como antes...

Pero no es cierto.

Él volverá, y yo volveré a intentarlo, y otra vez volveré a caer.

Y otra vez, volveré a mi mundo de oscuridad, de encierro, de frío eterno, de torturante soledad.

Y así, creyendo que alguna vez tendré el control de mí misma... así sigo sobreviviendo.


Otro día de debilidad.
Otro nuevo día de espectativas frustradas.

Otro día de dolor.




Por favor, déjenme dormir. Pero esta vez, no me obliguen a despertar.

lunes, octubre 30, 2006

eL arLequÍn


El mundo y yo, yo y el mundo, nosotros y él, nos debatimos en un continuo vaivén de sentimientos desencontrados.

Las calles están abarrotadas de cuerpos con almas que transitan centrados en sí mismos, sumidos en su propio pensamiento y enfundados en un traje gris..

Desiertas quedaron las lejanas colinas, el amarillo pasto rural; ¿Alguna vez existió? Todo aquello quedó en el olvido.

Ya no se ven más payasos en los circos como antaño; ahora aparecen en las calles, en las casas, a cada paso, portando sus malabares fabricados artesanalmente. Así aparecen, fundiéndose en sus mundos, formando una subcultura individual casi sin quererlo, escondiendo la no poco importante beta vocacional de ser el pequeño payasito con una sonrisa roja pintada en la cara, con una trompetita que emita un sonido vibrante, con unos zapatos bien grandes, pero que nadie más que ellos quepan en los mismos.

Así se conformó la nueva cultura Triste-Arlequín, habitada por miles almas que se colocan meticulosamente su careta cada mañana, se refugia en su coraza, y sale al mundo a demostrar lo feliz que puede hacer a los demás.

El Pequeño Arlequín se desborda, hace lo que los Hombres del Traje Gris no pueden, se disfraza y sale a conquistar al mundo con su sonora melodía de carcajadas. Siempre está sonriente, dispuesto a mostrar su mejor cara al mundo, maquillado y bien ornamentado, listo para cada ocasión.

El Pequeño Arlequín es un actor profesional; es quien se alza y sale a la vida a vivirla, sin fijarse en sí mismo y demostrando la mejor beta de sí.

Pero luego... solo, en la oscuridad de su humilde habitación, el Payasito se quita la careta que se colocó antes de salir al mundo, se saca su sombrero y agacha su cabeza... muchos le han preguntado como estaba, claro que como mero compromiso o simple costumbre, no lo sé: es algo que habitualmente hacemos todos, el conocido: "Hola, ¿como estás?" y que nadie lo dice muy en serio, sino que lo otorga como una carta de presentación. Pero el Payasito está solo, y aunque siempre ha respondido positivamente, ahora que se ha quitado sus ropas, su careta, su pintura.... Y ahora que yace entre la soledad y la penumbra... se le cae una lágrima...


Y arlequines hay en todos lados. En las calles, en las oficinas, en tu propio hogar, formando ese pequeño submundo que solo ellos viven.
Son quienes, a pesar de todo, agarran su mochila, su cartera, su maletín; se peinan, se maquillan, se visten, se calzan, y van a donde tengan que ir, ocultando su verdadera identidad, dejando a un lado su verdadero interés propio.
No hace falta tener que salir a la calle para enconrarse un arlequín: podés estar en presencia de uno en tu propia familia, y quizás ni te hayas dado cuenta.


...Cuando llega la noche, y la montaña de sentimientos, ideas, hechos, acciones, dolores, frustraciones, alegrías y momentos se enriedan, queda solo una persona que lo comprende, solo una que ve pasar la vida tal y como la ves y que siempre está a tu lado. Ese alguien es muy especial, y aunque nos cueste tenemos que quererlo porque si no lo queremos, entonces no podemos querer a nadie. Y ese alguien, el primero, siempre sos vos.

Querido Arlequín que camina sin rumbo pero que siempre hace reir al resto, no olvides que a pesar de estar lleno de todo, nunca te sentirás bien si no te llenas un poquito de vos mismo. No olvides tus prioridades... No te olvides de ti mismo...



domingo, octubre 29, 2006

hOy cOmienzO


hoy , después de mucho debatirlo con mi mente, inauguro mi primer post.
Aclaro: no es mi intención el que nadie, ni siquiera "alguien" lo lea. Prefiero que lo lea la nada, la nada... tema constante en mi cerebro.
Traducción: no me interesa en lo más mínimo cuantas entradas tenga por día, ni si mi blog está entre los "top ten" como si esto fuera un Ranking de los 40 principales. No descarto que dejen sus comentarios, si estos no son una pérdida de tiempo... nada más lo hago por propia necesidad, ya que escribir escribo siempre, pero quiero intentar transmitirlo al mundo *internetístico*, porque como ni en un cofre bajo llave mis escritos son seguros, prefiero compartirlos de motus propio.
Pobre del que entre acá por equivocación... soy una pobre perdida delirante y resentida con la vida, según me describen los demás y mi conciencia. Pero me encanta.
Para empezar, voy a contarles que AMO no formar parte de la masa, admiro a quienes tienen personalidad y lo suficiente que hay que tener para, ademas de tener ideales, transmitirlos al mundo.
Yo tengo ideales, tengo ideas de no-masa y no-superficialidad, y sin embargo, aún no encuentro donde plasmar totalmente mis ambiciones. Ojalá algun dia pueda hacerlo.
Si me pusiera a hablar de mí... diría que amo crear nuevas patologías para definir la estupidez humana, y tambien me divierto con sátiras representadas en mi mente y frases irónicas hacia gente boba que solo yo escucho. Quizás quedé asi despues de muchos acontecimientos en mi vida que hicieron retraer a esa beta de mi persona para que nadie más que yo la conozca, y así crear una especie de "escudo" entre los que me "atacaban" y yo. Lamentablemente, eso derivó más tarde en un conflicto mayor, pero ese es otro tema.
Por ahora es suficiente de mí misma porque ya hasta me aburre a mí. Y ahi es cuando me doy cuenta que tengo que parar.
Me gusta tener que gastar mi tiempo (no perderlo) en algo más. Es lindo sentirse útil aunque sea para pavadas, saben?
Hasta Pronto, mundo exterior...
*-Sad Girl-*